El área de Barcelona registra cuatro
parejas nidificantes y localiza cinco puntos en donde las parejas de halcones
sufren molestias que les impiden nidificar | Los halcones nidifican en el
templo de la Sagrada Família desde el 2005 pese a las obras y ser uno de los
lugares más frecuentados
El halcón
peregrino (Falco peregrinus) es
una especie de falconiforme cosmopolita que
salvaje cría en roquedos (ambiente rupícola) tanto continentales como
costeros, donde aprovechan los recursos que les proporcionan las rutas
migratorias que suponen los litorales.
Además cría en ciudades aprovechando sus altos
edificios, en muchas ocasiones singulares, con repisas lejos del alcance del
hombre.
Barcelona ha conseguido consolidar con éxito la reintroducción
del halcón peregrino, una especie que desapareció de este medio urbano a
finales de los años 70. En estos momentos están inventariadas cuatro parejas
nidificantes estables y otras cinco parejas que no logran criar, así como
diversos individuos solitarios. Las fotos de estos ejemplares, hechas el pasado
sábado, muestran el animado cortejo nupcial de la pareja que anida en la Torre
Realia de l'Hospitalet, cerca de la Fira de l'Hospitalet. La previsión es que
la puesta de los huevos de todos estos ejemplares se complete hacia mediados de
marzo, de manera que, tras un período de incubación de 30 días, los nuevos
halcones nazcan hacia mediados de abril.
Las imágenes confirman que el edificio Realia de
l'Hospitalet es uno de los lugares idóneos para la cría del halcón. La caja
nido, situada en una holgada y elevada repisa de hormigón, resulta el hogar
perfecto para estos ejemplares, que fueron vistos en acrobáticos vuelos y en
llamativas escenas; en algunas de ellas, el macho entrega un "regalo"
a la hembra (carne de un zorzal) para atraerla en su cortejo.
Además de en el edificio
Realia, los halcones anidan en las torres de la térmica de Sant Adrià, en el acantilado
(penya-segat) de Montjuïc y en la Sagrada Família, según explica Eduard Durany, el técnico que lleva
a cabo el plan de reintroducción por encargo del Ayuntamiento de Barcelona.
La cría en este último lugar es especialmente
meritoria teniendo en cuenta que el templo se halla en obras, que hay siempre
operarios trabajando y que éste es uno de los lugares más visitados y
frecuentados de Barcelona. Este año, sin embargo, se ha debido cambiar la
ubicación del nido, puesto que el andamiaje se situaba muy cerca de los
halcones. Los halcones anidan aquí desde el año 2005, aunque este año un macho
joven ha desplazado al ejemplar que venía criando en este lugar desde hace 10
años.
El programa de reintroducción busca también favorecer
la cría de estos animales en cinco puntos de la ciudad habitados por otras
parejas por ahora “infértiles” porque sufren molestias.
Estas han sido localizadas en el edificio Heron City,
Diagonal/Francesc Macià, Torre Mapfre y plaza España. Asimismo, en Diagonal
Mar, concretamente en la antigua torre Macosa, se ha instalado un nido.
Un proyecto con continuidad
El programa de reintroducción del
halcón se inició en el año 1999, cuando se llevaron a cabo las primeras liberaciones
de animales. Entre el año 1999 y el 2003
se soltaron 47 halcones en numerosos puntos de Barcelona (hotel Princesa
Sofía, basílica de Santa Maria del Pi, el Corte Inglés de la plaza Catalunya).
La primera pareja nidificante se estableció en el año
2003 en la térmica de Sant Adrià de Besòs.
De hecho, la existencia de edificios altos con repisas
de apoyo y buena visibilidad en un territorio amplio es una de las claves que
han favorecido el éxito en el programa de reintroducción del halcón en la
ciudad. La buena adaptación al medio urbano viene favorecida por la masiva
presencia de su presa básica, la paloma.
Pero, además, un buen clima en invierno, luz nocturna para cazar y el plato
exótico que representan las cotorras explican la ocupación de otras zonas de
Barcelona.
La presencia del halcón peregrino en la plaza Francesc
Macià, por ejemplo, es una prueba de cómo este animal se ha instalado en nuevas
áreas de la capital catalana desde que fue reintroducido. En el área de la
Diagonal, en la calle Tarragona y en otras calles con torres altas cada vez es
más asiduo. "La Diagonal les gusta por sus edificios altos y con repisas.
Aún no han encontrado sitios para criar, pero aquí tienen todo lo que
necesitan", dice Eduard Durany.
Comida abundante
Los halcones encuentran en Barcelona comida fácil en
primavera y en otoño.
La gran oferta alimentaria que aportan las especies
que viven todo el año en la ciudad (palomas y cotorras, por ejemplo) se
incrementa en las épocas de paso de las aves migratorias que van y vuelven de
sus cuarteles de invernada en África.
La capital catalana está situada en
la ruta migratoria de muchas aves que hacen este viaje de noche.
"Los
halcones urbanos aprovechan la iluminación nocturna de la ciudad para poderlas
cazar", dice Durany.
En Barcelona hasta 38 especies de pájaros que sirven de presas para los halcones; y de
entre estas presas, más del 60% son palomas.
Pero en su menú no faltan otros platos: zorzales, cotorras argentinas o tórtolas
turcas, pero también estorninos, becadas, gaviotas, gorriones o, incluso, la
cerceta común.