El
doctor en Biología Pedro Diego Jordano, ha recibido el Premio Jaime I, de
Protección del Medio Ambiente, por sus estudios de interdependencia de la biodiversidad.
La
comprensión global de la estructura de la biodiversidad implica conocer a fondo
esa interdependencia de la flora y la fauna de un ecosistema. Ello permite “no
sólo ayudar a conservar éste en concreto sino ayudarnos a trazar estrategias
para hacerlo con otros”.
Las
especies ocupan nichos dentro del ecosistema y tienen mayor o menor impacto en
el funcionamiento de éste, según las relaciones que se establecen entre unas
especies y otras y la trascendencia de éstas.
Los
organismos polinizadores, por ejemplo, cumplen un impagable y fundamental papel
en el ecosistema por la función sobre la flora, los intercambios genéticos y la
importancia del "nicho flora" sobre otros nichos de fauna que se
alimenta de flora o fauna que se alimenta de insectos polinizadores.
Los
micromamíferos tienen un papel fundamental como dispersantes de semillas y como
"unidades proteicas" para un importante numero de carnívoros -
rapaces o mamíferos.
La
eliminación o mitigación importante de organismos polinizadores y
micromamíferos causarían estragos en las redes tróficas y, por tanto, en el funcionamiento
del ecosistema.
Ello
desmitifica la importancia de otras especies más espectaculares, grandes y
feroces que tienen un papel terminal de la cúspide de la red o pirámide
trófica.
La
conservación de especies emblemáticas flag
species del estilo del lince ibérico o el águila imperial no consite
únicamente en evitar y mitigar su extinción.
Es
fundamental valorar su interacción con el ecosistema como la interacción entre
éstos y otros animales con las plantas del entorno, ya que forman parte del
todo.
Las
relaciones entre las comunidades de fauna y flora.
En
una biodiversamente rica región neotropical como la amazónica analizar “el
efecto de la pérdida de especies asociadas o ligadas al bosque, cuando se pierden
animales como los tucanes, los tapires o los monos aulladores, no sólo se
pierden ellos sino también una serie de servicios ecosistémicos que son básicos
para preservar la estructura de la biodiversidad”.
Así, el equipo de Jordano
está comprobando que la desaparición de especies mutualistas, frugívoros que
consumen frutos y dispersan semillas, está directamente relacionada con la
capacidad del bosque para absorber carbono.