Canarias tienen el privilegio de contar con gran
variedad de delfines y ballenas.
Los científicos han identificado en aguas canarias hasta la fecha cerca de 29 especies diferentes de cetáceos, de las cerca de 79 conocidas en el mundo, lo que supone un 34 % de la diversidad mundial y convierte a estas aguas en muy especiales y casi únicas para la observación de cetáceos.
Los científicos han identificado en aguas canarias hasta la fecha cerca de 29 especies diferentes de cetáceos, de las cerca de 79 conocidas en el mundo, lo que supone un 34 % de la diversidad mundial y convierte a estas aguas en muy especiales y casi únicas para la observación de cetáceos.
Gracias a esta
generosidad de la naturaleza con las aguas canarias se ha generado un
importante sector turístico especializado en whale watching.
Un grupo de
investigadores de la Universidad de La Laguna y el zoólogo Álvaro Astica han
avistado nuevamente en aguas próximas a Lanzarote y Fuerteventura una ballena
azul, el animal más grande que habita nuestro planeta. Se trata de una especie
especialmente poco frecuente con presencias rarísimas.
El avistamiento se
produjo a ocho millas náuticas al Este del estrecho de la Bocayna, que separa
estas dos islas canarias - Lanzarote y Fuerteventura -, durante una de las
salidas que este fin de semana llevó a cabo el barco del Instituto Canario de
Estudios de la Naturaleza de Fuerteventura (ICENAI) con cuatro biólogos de la Universidad de La
Laguna, que esta semana finalizaron en la isla majorera una campaña del
proyecto Canarias con la Mar, financiado por la Fundación Biodiversidad, el
Ministerio de Medio Ambiente (MAGRAMA), el Gobierno de Canarias y el Cabildo de
Fuerteventura.
Es de una enorme
importancia de encontrar a este mítico animal en esta zona. Este año ha sido
muy importante para esta especie en Canarias. En primavera se vieron algunas en
aguas de Tenerife, y ahora aquí frente a Fuerteventura, lo que indica que la
ballena azul podría haber comenzado a utilizar el archipiélago en su migración
hacia el norte en primavera, y de regreso a aguas tropicales en otoño.
La tripulación de
científicos, que considera estas aguas com la más ricas de Europa en fauna
marina, ha bautizado al enorme mamífero con el nombre de Esperanza, al ser avistado
dentro de la zona propuesta por el estado español como Lugar de Interés
Comunitario (LIC) ante la Unión Europea.
El avistamiento de
esta ballena azul profundiza más en la polémica que se ha puesto de manifiesto
últimamente al encontrarse este LIC muy próximo a los cuadrantes donde la
empresa Repsol pretende llevar a cabo las polémicas prospecciones
petrolíferas cuyo fuerte impacto
ambiental es evidente - el ruido generado, la potencial sismicidad y el hecho
de extraer recursos tan contaminantes como hidrocarburos en forma de petróleo.
El Ministerio de
Industria defiende la explotación del
petróleo en aguas canarias y ha otorgado el permiso a Repsol para realizar las
prospecciones, una vez ha sido declarada positiva Declaración de Impacto
Ambiental (DIA) por parte del Ministerio
de Medio Ambiente. Posteriormente, unos días después de la otorgación de este
permiso a Repsol se enviaba finalmente a la Comisión Europea la propuesta de la
reserva marina (LIC) de Lanzarote y Fuerteventura, que había estado bloqueada
hasta ese momento. El estudio previo a la propuesta de este LIC canario se
elaboró por el Life-Indemares, financiado por la Unión Europea.
La vulnerabilidad del
rorcual azul recién avistado, así como de las otras especies de cetáceos y
fauna marina en el área, aboga claramente para que esta zona sea protegida para
la conservación de la fauna marina, muy sensible a los ruidos y la posible
contaminación que generaría la explotación del petróleo. Ello - según los
científicos - es incompatible, máxime si desde el propio Ministerio de Medio
Ambiente se ha propuesto la zona como LIC.
Un informe de la SECAC (Sociedad para el
Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario) presentado por el Cabildo
Insular de Fuerteventura ante la UE, señala la incorrecta estimación de la
Declaración de Impacto Ambiental, emitida por el Ministerio de Medio Ambiente
(MAGRAMA), respecto a las distancias mínimas y los umbrales de ruido por debajo
de los cuales no se produce afección a los cetáceos y la consiguiente
determinación del radio de seguridad para los mismos.
El avistamiento de
esta ballena azul agudiza la polémica sobre la insuficiencia de las medidas
correctoras para cetáceos propuestas por el MAGRAMA. Todo indica que se aplica
erróneamente el parámetro para establecer en torno a los pozos la zona de
exclusión de estos mamíferos marinos protegidos. Según los informes del Cabildo
Insular de Fuerteventura si se estableciese una zona de exclusión calculada por
especialistas y con criterios científicos este área se extendería varios kilómetros
desde los pozos entrando ampliamente en el interior de la reserva marina LIC.
Por ello, el Cabildo
de Fuerteventura ha presentado una queja en la Unión Europea, pues considera
que si las alegaciones de la SECAC hubieran sido escuchadas por el Ministerio
de Medio Ambiente se debería haber reconocido un impacto significativo y
apreciable sobre los valores naturales del LIC.
Aplicando el articulo
45.5 y 45.6 de la ley 42/2007, que traspone el articulo 6.4 de la Directiva
Habitats (UE), se obligaría a justificar la falta de soluciones alternativas. Y
por ello para conceder los permisos a la petrolera hubiera sido necesario
declarar las propecciones como ¨de imperioso interés público¨, y otorgarlos
mediante una Ley o un acuerdo del Consejo de Ministros, pero previa consulta a
la Comisión Europea, ya que la zona alberga hábitats y especies de interés
prioritario.
Los rorcuales azules
viven tanto como un ser humano, con una longevidad estimada de 90 años. Maduran
sexualmente con alrededor de los 10 años de edad y, a partir de entonces,
tienen una cría cada 3 años. Estas limitaciones provocan que la recuperación de
la especie sea extremadamene lenta como le sucede a la ballena groendandesa( Balaena
mysticetus) cuya madurez sexual llega a los 10 a 15 años y
cuyas hembras tienen una cría cada 3 a 4 años, después de un embarazo de 13 a
14 meses; una especie que también
sufrió los estragos de la caza
ballenera. Ello señala
importancia de proteger las zonas de
concentración de la especie y sus corredores migratorios. Su presencia en la
zona del este de Fuerteventura y Lanzarote remarca el valor natural de este área.
Las hembras son mayores que los machos
para poder parir estas enormes crías. Los ballenatos nacen en invierno, en
aguas tropicales, y son capaces de realizar una migración de miles de
kilómetros hasta aguas polares donde alimentarse el siguiente verano.
Dependen para su
sustento de crustáceos milimétricos como es el krill, del que cada rorcual azul
come unas cinco toneladas diarias en la época de alimentación. Hay cuatro
subespecies de rorcuales azules en el mundo, y solo una habita en el Atlántico
Norte. Esta especie, junto a la ballena franca, el cachalote y otras grandes
especies, fue diezmada en la época de caza ballenera, y en muchas zonas de su
distribución aún no se ha recuperado. En el Atlántico nororiental, nuestro lado
de este océano, se estiman tan solo 400 rorcuales azules, por lo que
observarlos en Canarias es un privilegio.