Un equipo de
científicos de varios centros españoles confirma el vínculo entre los brotes de
tularemia en humanos y las plagas de topillo campesino (Microtus arvalis) en Castilla y León.
Durante los últimos 18 años, los brotes de esta enfermedad infecciosa en
personas y las epidemias de topillos han coincidido en el tiempo y en el
espacio, siendo la comarca de Tierra de Campos en esta comunidad autónoma una
de las regiones más afectadas.Ello no debe de ser motivo para que la Junta de Castilla y León realice campañas masivas con veneno que causan daños irreversibles a las cadenas tróficas. Únicamente, requiere seriedad en la investigación y planificación de estas plagas naturales de topillo campesino.
Este trabajo
indica que los topillos tienen un papel clave en el ciclo ecológico de esta
bacteria patogénica. / Francois Mougeot et al.
La tularemia
o fiebre de los conejos es una enfermedad infecciosa potencialmente grave
causada por la bacteria Francisella tularensis. Los agricultores, los
cazadores y los cocineros son los que más se infectan al estar en contacto con
los huéspedes reservorios como roedores y conejos diversos. Los vectores
frecuentes son las garrapatas y ciertas moscas hematófagas.
El trabajo
muestra una clara asociación temporal entre casos de tularemia y plagas de
topillos
Ahora,
investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de
la Universidad de Valladolid, del Instituto de Salud Carlos III de Madrid y de
la Universidad de Castilla-La Mancha han recopilado en un estudio publicado en
la revista Vector-Borne and Zoonotic Diseases los casos de tularemia
oficialmente declarados cada año en Castilla y León, según la Red Nacional de
Vigilancia Epidemiológica y han cruzado esta información con medidas de
abundancia de topillo durante el periodo 1997-2014.
El trabajo
muestra una clara asociación temporal entre casos de tularemia y plagas de
topillos. En este sentido, el número de personas afectadas por tularemia
alcanzó máximos anuales durante las plagas de topillo en los años 1997 y 2007
–585 personas en el año 1997 y 486 personas en 2007–. En 2014, se repitió el
patrón, con un número elevado de personas afectadas por tularemia y al mismo
tiempo densidades muy elevadas del roedor.
“Para
mejorar la prevención y el control de esta enfermedad infecciosa, es necesario
entender mejor el ciclo ecológico de Francisella tularensis, el agente
de la tularemia”, asegura Francois Mougeot, investigador de la Universidad de
Castilla-La Mancha y coautor del estudio.
Los
topillos, reservorio y agente
Este trabajo
indica que los topillos tienen un papel clave en el ciclo ecológico de esta
bacteria patogénica, siendo a la vez un reservorio y un agente de
amplificación, más aún cuando el número de roedores se dispara, como en años de
plaga.
Ello no debe de ser motivo para que la Junta de Castilla y León realice campañas masivas con veneno
que causan daños irreversibles a las cadenas tróficas. Únicamente,
requiere seriedad en la investigación y planificación de estas plagas
naturales de topillo campesino como de otros vectores cercanos al hombre como la liebre o los cangrejos de río.
“Otros
reservorios de la enfermedad, e importantes factores de transmisión a humanos,
son las liebres y los cangrejos de río. La aparente regularidad temporal en las
fluctuaciones poblacionales de topillo campesino podría sentar unas bases para
anticipar épocas de mayor riesgo de contagio en el noroeste de España”,
concluye Mougeot.
Referencia
bibliográfica:
Luque-Larena
JJ, Mougeot F, Vidal Roig D, Lambin X, Rodríguez-Pastor R, Rodríguez E, Anda P,
Escudero R. “Tularemia outbreaks and common vole (Microtus arvalis)
irruptive population dynamics in North-western Spain, 1997-2014”. Vector-Borne
and Zoonotic Diseases DOI: 10.1089/vbz.2015.1770
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