Gracias a los sonidos que emiten los delfines mulares bajo
el mar para localizar a sus presas, un equipo de científicos, con la
participación de la Universidad Complutense de Madrid, ha medido su
presencia en siete áreas marinas protegidas de la costa mediterránea
española. Los resultados indican que el buceo y las embarcaciones de
recreo ahuyentan a los cetáceos. Sin embargo, no lo hacen ni la pesca de
arrastre ni las piscifactorías, ya que favorecen la captura de
alimento.
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Un ejemplar de delfín mular
La presencia de embarcaciones, el buceo y otras actividades de recreo practicadas en áreas marinas protegidas de la costa mediterránea española tienen un impacto negativo en el delfín mular (Tursiops truncatus), que evita estas zonas cuando hay humano.
“Los delfines mulares se están adaptando a los cambios que generamos en su hábitat”, explica el investigador.
Es
una de las conclusiones de un estudio en el que participa la Universidad
Complutense de Madrid (UCM) y con el que han monitorizado la presencia de la
especie, la más común de estos cetáceos, durante doce meses consecutivos en
siete áreas marinas protegidas de Cataluña, Comunidad Valenciana e islas
Baleares.
Los
investigadores empezaron en Sa Dragonera (Baleares) e islas Columbretes (C.
Valenciana) en 2006 y 2007. Después analizaron Los Freus de Ibiza y Formentera
(Baleares), islas Medes (Cataluña) y Serra Gelada (C. Valenciana) en 2008 y
2009, y por último, Migjorn de Mallorca (Baleares) y Levante de Mallorca – Cala
Rajada (Baleares), entre 2011 y 2013.
“Los
delfines mulares se están adaptando a los cambios que generamos en su hábitat”,
explica Manuel Castellote, miembro del grupo de Estudio del Comportamiento Animal y Humano de la
UCM y autor principal de la investigación, que se publica en Ocean & Coastal Management.
Por
ejemplo, áreas que son transitadas por la flota de arrastreros de puertos
cercanos favorecen la presencia de estos mamíferos, como ocurre en Columbretes,
Los Freus y Migjorn. Estos barcos tiran las piezas que desechan al mar y los
delfines aprovechan para comérselas. Otra oportunidad de alimentación les surge
cuando arrastran sus redes, pues consiguen capturar hábilmente peces de la
malla.
Por
su parte, el parque marítimo terrestre de Serra Gelada alberga dos
piscifactorías que atraen a los delfines, puesto que la presencia de las jaulas
flotantes para el cultivo de dorada, lubina y perca, junto al pienso usado para
su engorde, favorece la concentración de otros peces que son sus presas
comunes.
Los cetáceos evitan
utilizar las áreas marinas protegidas en la época de mayor turismo
Evitan al ser
humano
Junto
a estos aspectos positivos están los negativos. El estudio revela cómo los
cetáceos evitan utilizar las áreas marinas protegidas durante la época de mayor
turismo, de abril a noviembre, especialmente durante las horas de luz, cuando
se producen las actividades recreativas.
“Si
este desplazamiento ocurre en áreas o periodos críticos para la supervivencia
del delfín mular, nos encontramos ante un serio problema de gestión
medioambiental y conservación de una especie vulnerable y emblemática”, alerta
el biólogo marino.
Para
medir la presencia de los cetáceos, los científicos analizaron la
ecolocalización que emiten, sonidos muy breves y potentes para recibir su eco
reflejado por la presa. Estos sonidos, llamados pulsos, son registrados por
detectores sumergidos durante meses en el mar. Con un hidrófono y un
procesador, los instrumentos archivan las detecciones y sus características
acústicas.
Una
vez que se recuperan, se analizan los datos y se describe la presencia de los
animales. “En función de la estructura temporal de la secuencia de pulsos,
podemos identificar cuándo un delfín está explorando o persiguiendo a una
presa”, detalla el científico.
“La
población en nuestras costas está en declive”, alerta el científico.
Una especie en peligro
Se
calcula que en estas zonas existen entre cuatro y veinte delfines mulares por
cada 100 kilómetros cuadrados. “Varios estudios sugieren que la población en
nuestras costas mediterráneas está en declive”, alerta Castellote. La especie
está protegida por dos convenciones y la Directiva de Hábitats de la Unión Europea, así como por el Libro rojo de los vertebrados de España.
Los
investigadores recomiendan utilizar detectores de ecolocalización como un
método efectivo y de bajo coste para cubrir las necesidades de programas a
largo plazo. “Los requisitos de la Red Natura 2000, Directiva Hábitats o la
Directiva Marco sobre la Estrategia Marina por ahora no están cubiertos”,
recuerdan.
En
el estudio también han participado la Universidad de Barcelona, la Dirección
General de Medio Rural y Marino del Gobierno de las Islas Baleares, la asociación
TURSIOPS y la consultora marina SUBMON.
Referencia bibliográfica:
Manuel
Castellote, José María Brotons, Carla Chicote, Manel Gazo y Margalida Cerdà. “Long-term acoustic monitoring of bottlenose dolphins, Tursiops truncatus, in
marine protected areas in the Spanish Mediterranean Sea”. Ocean & Coastal
Management,
113, agosto 2015. DOI: 10.1016/j.ocecoaman.2015.05.017.
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