La elevada frecuencia y magnitud de las erupciones
volcánicas podría haber sido la causa del enfriamiento progresivo de la
temperatura de la superficie de los océanos a lo largo de 1.800 años. Así se desprende de un estudio internacional
participado por el investigador P. Graham Mortyn del Instituto de Ciencia y
Tecnología Ambientales y del departamento de Geografía de la Universidad
Autónoma de Barcelona, publicado recientemente en la revista Nature Geoscience.
Un estudio, que cuenta con la participación de la Universidad Autónoma de
Barcelona, explica cómo la Revolución
Industrial puso fin a 1800 años de enfriamiento de los oceános y favoreciendo el
consecuente calentamiento global provocado por la actividad humana.
¿Cuánto tiempo pueden continuar absorbiendo los océanos el exceso de calor de la Tierra?
Los científicos afirman que el hecho de que las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero no hayan causado un incremento más rápido de la temperatura del aire es debido a la gran cantidad del calor absorbido por los océanos. Pero existen nuevas evidencias que indican que la capacidad de los océanos para almacenar el calor puede estar disminuyendo.
Además, pone de manifiesto que las temperaturas más bajas en los primeros 1800 años de la Era Común se registraron entre los siglos XVI y XVIII, un período conocido como la Pequeña Edad de Hielo.
Investigaciones previas ya habían demostrado que las explosiones volcánicas provocan el enfriamiento de la atmósfera.
El estudio actual pone de manifiesto que los océanos pueden absorber y capturar más calor que la atmósfera durante períodos de tiempo más largos, atenuando a corto plazo los cambios en la temperatura global.
Estas alteraciones de la temperatura pueden llegar a ser prolongadas cuando las erupciones volcánicas se concentran en un breve período de tiempo.
Los resultados aportan una nueva perspectiva al estudio de las variaciones de la temperatura de la superficie oceánica a escala regional y global a lo largo de los siglos, antes de la aparición del cambio climático antropogénico, es decir, provocado por la actividad humana.
Por primera vez, los investigadores han combinado 57 trabajos previos sobre la evolución de la temperatura de la superficie marina, calculada a partir de restos fósiles marinos extraídos en océanos de todo el mundo, desde áreas polares hasta regiones tropicales. Los resultados se pudieron comparar con datos procedentes de indicadores terrestres, tales como anillos de los árboles o testigos de hielo. Éstos revelaron una tendencia al enfriamiento similar.
Para investigar las causas de este enfriamiento, más robusto entre el 800 y el 1800, utilizaron modelos climáticos y examinaron cómo la superficie oceánica reaccionaba ante factores como la actividad solar, los cambios en los parámetros orbitales terrestres, los usos de la tierra, los gases de efecto invernadero y la actividad volcánica. Esta última resultó relevante. Para analizar las tendencias a largo plazo, el equipo agrupó los datos en períodos de 200 años.
P. Graham Mortyn forma parte del grupo de trabajo Ocean2k de PAGES (Past Global Changes), que cuenta con más de 75 miembros conectados a una red formada por cerca de 600 científicos con una amplia experiencia. Mortyn destacó el modo en que el grupo ha trabajado con los datos de publicaciones previas a disposición del público y bases de datos archivadas que cumplen con criterios muy rigurosos, así como mediante teleconferencias regulares por Skype, la creación y el uso compartido de documentos de Google, y otros novedosos recursos tecnológicos.
Los investigadores destacan que entender cómo estos factores provocaron cambios en la temperatura de los océanos en el pasado puede abrir una ventana sobre los futuros cambios climáticos.
Referencia bibliográfica:
Robust global ocean cooling trend for the pre-industrial Common Era. Helen V. McGregor et al. Nature Geoscience 8, 671–677 (2015) doi:10.1038/ngeo2510
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