Ello
significa que de las 10 000 especies de aves catalogadas, más de 1250 especies se
encuentra en peligro de extinción.
El descenso de las
poblaciones de aves evidencia el rápido
deterioro que sufre el medio
ambiente global.
No obstante, los éxitos obtenidos en la recuperación
de algunas especies amenazadas demuestran que la restauración del planeta es
posible, y a un coste relativamente pequeño, concluye el informe «Estado de las
Aves del Mundo», elaborado por las 121
ONGs, los 13 millones de socios
y los 7.000 grupos locales que
integran BirdLife International.
BirdLife International, en su Congreso
Mundial celebrado en Ottawa (Canadá) ha ha sido clara «Las aves se enfrentan a
numerosos peligros. Sin embargo, la degradación
del hábitat -en buena parte por las prácticas agrícolas- y el impacto de los taxones invasores constituyen los motores más importantes del
deterioro».
BirdLife International es la autoridad
designada por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) para
informar sobre las aves que deben ser incluidas en la Lista Roja de especies en extinción.
En la última revisión, se «colaron»
1.313 taxones (uno de cada ocho del total mundial).
De ellos, 189 fueron clasificados como En
Peligro Crítico.
Desde el siglo XVI, recalcan, se estima
que se han perdido 150 especies de aves,
«un ritmo de desaparición que supera varias veces la pauta natural de
extinción».
Entre los grupos más afectados destacan,
por ejemplo, los albatros (el
77% de los taxones existentes atraviesan serias dificultades de supervivencia),
las grullas (73%), las cotorras (29%), los faisanes (21%) y las palomas (20%).
El águila monera filipina está en una situación CRÍTICAMENTE AMENAZADA (2015), el paso a la extinción. En la segunda foto se refleja la esperanza, un adulto con un pollo en el nido. Su figura adorna las monedas de Filipinas.
En general, las aves de gran tamaño y
las que tienen tasas de reproducción
bajas o territorios reducidos suponen las poblaciones más vulnerables.
El mensaje positivo que ha dejado el
Congreso Mundial de BirdLife International ha sido que la conservación
funciona. «El coste real de proteger y gestionar las 12.000 IBA (Áreas Importantes para las Aves y la Biodiversidad)
que hay en todo el mundo -y que ocupan entre un 6% y un 15% de la superficie
terrestre de cada continente- sería de 57.000
millones de dólares por año.
Una suma que puede parecer alta, pero
que resulta insignificante en comparación con los presupuestos de los
gobiernos», señala Stuart Butchart, jefe de Ciencia de la organización.
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