La vida y su conservación

Las especies son esenciales en el funcionamiento de la vida en nuestra casa que es nuestro planeta; por eso, es importante conservarlas.
Con este objetivo, tenemos que saber cómo son, cómo se organizan en comunidades y cómo interactúan en los sistemas ecológicos.
En el último siglo XX, hemos visto degradaciones ambientales enormes: muchas especies en extinción o en drástica reducción de sus poblaciones, la destrucción o alteración rápida de sus ecosistemas y cambios nunca vistos en el clima del planeta. Esta gran crisis ambiental ha coincido con la disminución de las ciencias naturales en los centros académicos de referencia.
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sábado, 31 de octubre de 2015

La tauromaquia y la cría de toro bravo como sistema sostenible de gestión del territorio y beneficiosa para la biodiversidad.



Ciertamente, las plazas son un ambiente muy extraño y hostil para los toros bravos, unos animales que, antes de llegar a este último escenario, llevan una vida tranquila y apacible en el campo, muy distinta a los estereotipos que rodean a este animal y mucho más feliz.




Acercarse a la vida real de los toros bravos, conocerlos en su entorno, es la oportunidad que algunos ganaderos en España ofrecen como una oferta turística más que no solo atrae a los amantes de las corridas taurinas.

“Para los aficionadas a las corridas es un disfrute absoluto ver al toro tan cerca. Para los que no, es una oportunidad de ver al animal en su entorno natural, de conocer cómo son unos animales que viven muy bien los cinco años de vida que tienen antes de llegar a las plazas. Aquí los ven felices”, explica Alicia Rudiez, ganadera.
Ella se encarga de llevar a los turistas, subidos en un tractor, por la finca en la que cría con su marido la ganadería de toros bravos Cebada Gago en Medina Sidonia (Cádiz, sur de España).




Aquí recibe no solo a españoles, sino también a grupos de franceses, alemanes, estadounidenses o de otros países que quieren acercarse a un animal que, a pesar de su nombre, es tranquilo y pacífico, salvo que sienta una amenaza o se vea vulnerable.

Los toros llegan a estas fincas después del destete, a los seis o nueve meses, y aquí viven, divididos por edades, hasta los cuatro o cinco años, la edad a la que, los que valen, se marchan a la plaza de toros.



El toro bravo es un animal “vaguete”, pero en estas fincas se encargan de hacerles llevar “una especie de vida de atleta”, que incluye hacer ejercicio, correr unos tres kilómetros diarios, “para que cojan fondo y luego en la plaza no se ahoguen”.

Llevan una cuidada alimentación, en la que suelen comer unos siete u ocho kilos de piensos especialmente preparados para ellos, porque solo con los pastos no alcanzarían el peso que se les exige en las plazas, a las que llegan sin haber conocido hembra.

Una curiosidad: Los toros sólo ven en blanco y negro. Que el capote de los toreros sea rojo se debe más bien a cuestiones estéticas del espectáculo, porque si fueran de otro color la sangre destacaría más.

Los toros bravos o de lidia son unos animales sociales y muy territoriales, viven en grupo.

Los que no llegan a la lidia se quedan como sementales, que mueren de viejos a los 17 o 18 años; o se emplean en festejos populares o para entrenamientos de toreros.

Las visitas para conocer a los toros bravos son una de las muchas actividades turísticas que promueve la Cámara de Comercio de Cádiz con “Cádiz, industria viva”, un proyecto con el que ofrece nuevas ofertas con visitas que, además de dar a conocer nuevos espacios, pueden servir para generar una línea de negocio complementaria para las empresas.



Quisiera invitar a la reflexión sobre la protección del toro bravo y los beneficiosos efectos de su cría en las biodiversas fincas para el patrimonio natural. También se trata de una especie más a conservar.



Los últimos linces ibéricos conviven con toros bravos en las extensas y ricas fincas de Sierra Morena.

No sólo el felino en mayor peligro de extinción del planeta, junto al lince, viven ciervos, jabalíes, águilas imperiales o buitres negros. 




La cría del toro bravo tiene lugar al aire libre en las mejor consevadas fincas de España. Los ejemplares dedicados a la lidia son sólo los machos que viven mínimo 4 o 5 años sino se les dedica como sementales.
Y, cuidado, como cualquier especie, tiene derecho a ser conservada. Algo impensable si desaparece su cría para la lidia.



 
Su cría y mimo no tienen nada que ver con la desarrollada en la ganadería industrial. Cerdos encerrados en recintos pequeños para facilitar su rápido engorde, alimentados con piensos que les hacen crecer exponencialmente en unas condiciones de claro estrés. Sacrificados en mataderos industriales con descargas electricas y rápidamente troceados con sierras mecánicas. Su vida es extremadamente corta y estresada.

"Meat is murder" The Smiths

La industria de la carne quiere beneficios y para ello de engordar rápido a los animales y sacrificarlos en un proceso de automatismo breve.

La ganadería industrial genera residuos industriales muy perniciosos para el medio ambiente, como los purines que degradan acuíferos y aguas superficiales.

¿Qué entiende el sector animalista por respeto a los animales?

El movimiento animalista no pone su esfuerzo y su acento en la protección del patrimonio natural y su biodiversidad.

No les importa que las colonias de gatos vaguen por pueblos y ciudades alimentándose de pajaritos o su impacto en ambientes insulares.

 

viernes, 30 de octubre de 2015

La arqueobiología: disciplina que desvela jugosos datos. Caso del primer lince ibérico de la Península



En una cueva de Barcelona descansaban los restos más antiguos de un ejemplar de lince ibérico que habitó hace 1,6 millones de años. El hallazgo no solo permite arrojar luz sobre los orígenes de uno de los felinos más amenazados del mundo, sino que adelanta en medio millón de años la aparición de esta especie en la península ibérica.

Reconstrucción en 3D del lince ibérico que habitó la península ibérica hace 1,6 millones de años. / José Antonio Peñas (Sinc). 

Medía entre 10 y 20 centímetros más y superaba en unos 10 kilos al lince ibérico que habita Doñana y Sierra Morena en la actualidad. Su pelaje era más largo que lo habitual para soportar las temperaturas, que rozaban de manera constante la congelación. Un estudio retrata así uno de los primeros linces ibéricos que vivieron en nuestro país.

El descubrimiento adelanta en 500.000 años la aparición de este felino en la península ibérica

Entre los huesos de caballo, cabra, ciervo, mamut lanudo, zorro y lobo que atesoraba la cueva de Avenc Marcel, en el macizo de Garraf en Barcelona, se encontraba parte de un cráneo fosilizado de un ejemplar de lince ibérico (Lynx pardinus), el más antiguo encontrado hasta la fecha, y cuyo hallazgo fue obra del científico Manel Llenas en 2003.

Los restos fósiles de este felino atestiguan su presencia hace entre 1,6 y 1,7 millones de años en la Península. Hasta ahora, los científicos habían datado la aparición del lince ibérico en entre 1 y 1,1 millones de años, por lo que su descubrimiento adelanta en 500.000 años la aparición de este felino en la península ibérica.

“Hemos confirmado esta edad temprana con estudios previos moleculares que estimaban la aparición del lince ibérico en el Pleistoceno Inferior en la península ibérica”, asegura  Alberto Boscaini, investigador en el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont y autor principal del estudio que publica Quaternary Science Reviews.

Cronología de una separación

Pero es necesario retroceder en el tiempo para entender el origen de la especie más emblemática de la Península, que además es uno de los felinos más amenazados del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN.

El ancestro común a todas especies de lince, Lynx  issiodorensis, se originó en Norteamérica hace unos cuatro millones de años y se expandió hacia el continente asiático y europeo, donde persistió a lo largo del tiempo. Estas especies experimentaron pocos cambios, y el más evidente fue la disminución del tamaño.

'Lynx pardinus' pudo haberse originado por el aislamiento en la península ibérica durante uno o sucesivos eventos glaciales

La primera especie de lince en separarse fue Lynx rufus, hace unos 2,5 millones de años, que se dispersó por su área norteamericana. En Asia, surgió Lynx lynx, que más adelante se extendió por Europa, y hace unos 200.000 años por el norte de América dando lugar a Lynx canadensis, que desplazó a Lynx rufus hacia el sur.

La población europea de L. issiodorensis dio lugar hace 1,5 millones de años a Lynx pardinus, que ha sufrido pocos cambios genéticos desde entonces y que sigue habitando hoy la Península. Según los científicos, este pudo haberse originado por el aislamiento en la península ibérica durante uno o sucesivos eventos glaciales.
La nueva datación ofrecida por el estudio –1,6 millones de años– coincide con la época en la que todo el sur de Europa, y especialmente la península ibérica, se convirtieron en un refugio climático ante las glaciaciones del Cuaternario.

Estas se alternaron con dinámicas interglaciales que “modificaron enormemente las relaciones de la fauna y de los grandes mamíferos que la habitaban”, añade el experto.

Este refugio también fue el hogar de los conejos europeos (Oryctolagus cunilus), principal presa del lince ibérico en más del 75% de los casos. Los análisis morfológicos del cráneo hallado en Cataluña confirman el tipo de alimento que consumía el felino.

“Otras características craneanas, relacionadas con la dieta de este carnívoro, testimonian que el lince ibérico cazaba presas de tamaño pequeño, como lagomorfos y roedores, largamente distribuidos en aquel periodo”, señala el investigador.

Según el trabajo, la especiación del lince ibérico podría entonces vincularse a la dieta especialista que aún se observa en los ejemplares que viven en la actualidad, cuya principal presa sigue siendo el conejo.

Referencia bibliográfica:
Boscaini, Alberto; Madurell-Malapeira, Joan; Llenas, Manel; Martínez-Navarro, Bienvenido. “The origin of the critically endangered Iberian lynx: Speciation, diet and adaptive changes” Quaternary Science Reviews 123: 247-253 DOI: 10.1016/j.quascirev.2015.07.001 septiembre de 2015

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El lince boreal habitó el norte de España hasta hace unos siglos



El lince euroasiático (Lynx lynx) se expande en la actualidad por las áreas forestales de gran parte de Europa –sobre todo al norte del continente– y Asia. Hasta ahora se pensaba que este primo mayor del lince ibérico nunca había habitado en territorios más al sur de los Pirineos, pero el análisis de ADN de unos restos fósiles revelan que ocupó la cornisa cantábrica desde hace unos 11.000 años hasta hace unos siglos.

Dos crías de lince boreal juegan bajo la mirada de su madres. 

La presencia del lince ibérico (Lynx pardinus) en la península ibérica es de sobra conocida. Este felino, uno de los más amenazados del planeta, lleva decenas de miles de años ocupando esta área. Pero no ocurre lo mismo con su pariente más cercano, el lince euroasiático o boreal (Lynx lynx).

Lince ibérico y boreal no vivieron en áreas vecinas del norte de España, sino que ocuparon regiones biogeográficas diferentes

Hasta el momento, los científicos consideraban que el primo mayor (pesa casi el doble) del lince ibérico nunca habitó en la Península. En su lugar se llegó a atribuir al lince ibérico todas las enigmáticas citas y referencias al ‘katamotz’ en el País Vasco y de ‘lobos cervales’ en el resto de la cornisa cantábrica y Galicia. Pero un grupo de zoólogos y paleontólogos españoles, basándose en documentos históricos y en algunos restos paleontológicos, defendían que el lince boreal habitaba el norte de España hasta hace poco.

Esta hipótesis se confirma ahora con el análisis de ADN antiguo de restos fósiles hallados en el norte de España junto con dataciones directas por carbono-14 que demuestran ahora que el lince boreal habitó la cornisa cantábrica desde principios del Holoceno (hace más de 11.000 años) hasta hace solo unos siglos. El estudio se publica en Journal of Zoology.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigadores del Centro Mixto de la Universidad Complutense y el Instituto de Salud Carlos III sobre Evolución y Comportamiento Humano en Madrid, y la Universidad de Oviedo identificó mediante ADN linces boreales a partir de restos de ocho felinos procedentes de Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra con edades comprendidas entre los 11.000 y los 400 años de antigüedad. Los datos obtenidos se compararon los de otros ocho linces (fósiles y actuales) procedentes de Dinamarca.

Los registros paleontológicos y los resultados del trabajo, liderado por Cristina Valdiosera y Ricardo Rodríguez Varela, del centro mixto UCM-ISCIII, sugieren que el lince boreal coincidió con el lince ibérico pero su distribución se vio marcada por la presencia de sus presas. “No vivieron en áreas vecinas del norte de España, sino que ocuparon regiones biogeográficas diferentes: el lince europeo en la zona atlántica y el ibérico en la zona mediterránea”, recalca los investigadores.


Cráneos de lince euroasiático hallados en la sima de Serpenteko (Navarra). / María Cruz Ortega

A partir del siglo XX, el felino desapareció de la mayor parte de los territorios del sur, oeste y centro de Europa

“El estudio muestra que este felino tuvo una historia filogenética mucho más compleja en el pasado que la que muestran las poblaciones modernas”, indican los autores.

La situación actual del lince boreal

Hace 1,18 millones de años, la especie de lince boreal divergió del lince ibérico y desde entonces ha desarrollado una clara diferenciación genética y ecológica. En la Edad Media se extinguió en Reino Unido y durante los siglos siguientes el tamaño de sus poblaciones empezó a disminuir en las tierras bajas europeas.

En los últimos 200 años esta reducción se ha intensificado, dando lugar a extinciones locales frecuentes a principios del siglo XX. En ese momento, el felino desapareció de la mayor parte de los territorios del sur, oeste y centro de Europa debido a la deforestación, la presión directa, la competición y la disminución de su principal presa, el corzo.

Sin embargo, las diversas estrategias de conservación desarrolladas –sobre todo a partir de los años 70 con programas de reintroducción en los Alpes y otros sistemas montañosos– han permitido frenar estas extinciones locales.

En la actualidad, gracias a su amplio rango de distribución desde el oeste de Europa hasta el este de Asia, el lince boreal consta como de ‘preocupación menor’ según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Referencia bibliográfica:
R. Rodríguez-Varela et al. “Ancient DNA reveals past existence of Eurasian lynx in Spain” Journal of Zoology 09 de septiembre de 2015 doi:10.1111/jzo.12289