- Naomi Klein presenta en Londres 'Esto lo cambia todo: Capitalismo contra el Clima'
- `Una de las luchas claves de este siglo será el de la democracia energética'
- 'Las reacciones contra el sistema está dando pie a un nuevo movimiento global'
Hincarle al
diente al cambio climático y en plena crisis económica no ha sido fácil. Naomi
Klein (Montreal, 1970) admite que éste ha sido el libro más duro de principio a
fin. No logo y La doctrina del shock se escribieron casi solos,
en comparación con este volumen de 466 páginas que pone el broche a la
trilogía: Esto lo
cambia todo: Capitalismo contra el Clima .
"Hemos llegado a un punto crítico en el que todo tiene cambiar",
asegura de entrada Naomi Klein, a la hora de justificar el título.
"Durante 25 años hemos intentando acomodar las necesidades del planeta
a la ideología del capitalismo de mercado, que exige el crecimiento constante y el máximo beneficio. Los
resultados ambientales y socio-económicos han sido desastrosos. Lo que
necesitamos ahora es una respuesta radical".
Hasta cierto punto, reconoce Klein, "la derecha tiene razón": el cambio climático es "el caballo de
Troya", la excusa primera y última para justificar el Cambio con
mayúsculas: "El sistema económico
ha declarado la guerra al planeta. Si
seguimos por este camino, aumentando al ritmo actual las emisiones de CO2, podemos
experimentar un calentamiento de cuatro a seis grados centígrados. De
momento hemos llegado a 0,7 grados y ya estamos sufriendo los efectos".
"El
sistema económico ha declarado la guerra al planeta"
Sin acritud, pero con urgencia, Naomi Klein lanza su mensaje inequívoco ante más de mil seguidores que abarrotan el Central Hall de Westminster para escuchar a la "mensajera" del cambio climático y económico. El acto lo apadrina The Guardian y tiene como anfitrión a Owen Jones, el comentarista de la nueva izquierda británica, autor de El Establishment y cómo acabar con él, más combativo aún que la propia Klein en su llamada a la insurrección contra las elites políticas y económicas.
Sin acritud, pero con urgencia, Naomi Klein lanza su mensaje inequívoco ante más de mil seguidores que abarrotan el Central Hall de Westminster para escuchar a la "mensajera" del cambio climático y económico. El acto lo apadrina The Guardian y tiene como anfitrión a Owen Jones, el comentarista de la nueva izquierda británica, autor de El Establishment y cómo acabar con él, más combativo aún que la propia Klein en su llamada a la insurrección contra las elites políticas y económicas.
En lucha contra la 'economía
extractiva'
Klein dispara en su libro contra la "economía
extractiva" que está dilapidando los recursos, con la complicidad de los
representantes políticos que se han convertido en uña y carne con los intereses
especiales o fuerzas fácticas.
"La puerta giratoria entre la política y las compañías energéticas
es ahora una puerta abierta de par en par. En todos los países occidentales
existe una connivencia que está dinamitando el sistema democrático.
Una de las
luchas claves de este siglo va a ser la de la democracia energética".
"La buena noticia es que la respuesta contra este modelo insostenible
está ya en marcha", sostiene Naomi Klein, que pone sobre la mesa varios
ejemplos del cambio en ciernes...
En Alemania ya se está trazando el camino con el auge de la Energiewende,
que ha permitido la eclosión de cooperativas energéticas gracias a la
descentralización del sistema. El movimiento de la Transición,
propagado por 40 países (entre ellos, España), está impulsando también modelos
de autosuficiencia energética con renovables, mientras el grupo 350.org
está creando por primera vez una "conciencia planetaria".
Pese a los malos augurios de los "expertos", la Columbia
Británica lleva seis años aplicando el "impuesto del carbono" con
notable éxito. Cientos de empresas e instituciones, con la Fundación
Rockefeller como el último y notorio fichaje, se han sumado a la campaña para "desinvertir" en energías fósiles y desviar dinero
hacia las renovables.
El fracking (la extracción de gas o petróleo por el controvertido
método de la fracturación hidráulica) está dando pie a lo que Naomi Klein ha
bautizado como Blockadia: cientos de comunidades en todo el mundo,
unidas por la "resistencia a los métodos de extracción extrema".
Esta misma semana, el 11 de octubre, se celebra el tercer GlobalFrackdown,
con actos anti-fracking que darán la vuelta al planeta...
'Lo que está en juego es nuestra
supervivencia'
"Estamos en ese momento crítico en que las reacciones contra el
sistema se están dando la mano en algo parecido a un movimiento global",
sostiene la autora de Esto lo cambia todo (que se publicará en marzo en
España).
"Las marchas por el clima se celebraron hace dos semanas en casi todos
los paíes, y más de 300.000 personas se lanzaron a las calles en Nueva York en
la mayor manifestación de las últimas décadas".
"Por un lado, porque ya estamos
padeciendo los efectos, del huracán Sandy en Nueva York a la mayor sequía de la
historia en California... Y también porque en los últimos años hemos sufrido
el impacto de esta economía tóxica, y hay un hastío cada vez mayor contra
la clase política por haber permitido este fallo colectivo".
Klein arremete en su libro contra los negacionistas del clima que primero
llevaron al mundo a la parálisis y que ahora alegan que la trasformación sería
muy costosa. "No hay una fórmula para salir de esta situación
crítica", admite la activista canadiense, que ultima la versión en
documental de Esto lo cambia todo y aspira en convertir el libro en
plataforma de acción.
"Pero
tenemos que movernos más allá del fundamentalismo de mercado y liberarnos de
las cadenas del consumo".
"La solución pasa por acciones desde lo local y por masivas
inversiones públicas, para acelerar la transición de la economía extractiva en
la que estamos a la economía regenerativa", concluye Klein. "Si
logramos cambiar el contexto cultural, aunque sólo sea un poco, podremos al
menos abrir paso a reformas que consigan que los números del carbono se
muevan en la dirección adecuada. Por encima de un aumento de las
temperaturas de dos grados, advierten los científicos, las consecuencias serían
desastrosas... Esto lo cambia todo, entre otras cosas, porque lo que está en
juego es nuestra propia supervivencia".
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