La
biodiversidad del planeta se enfrenta a una grave crisis debido a múltiples
impactos ligados a la creciente presión humana. Los mares y océanos no son una excepción a esta tendencia general, pero
hasta ahora la atención se ha centrado principalmente en el medio terrestre,
más conspicuo ante nuestros ojos. Es urgente corregir esta desigualdad, que ha
llevado al medio marino a un nivel de deterioro alarmante.
Problemas
como la sobreexplotación de los recursos
naturales (pesca), la contaminación, la alteración física del hábitat, la
introducción de especies exóticas y el cambio climático han llevado a un
fuerte declive de la biodiversidad marina.
Las
aves marinas ocupan los escalones más altos de las redes tróficas marinas, y
como tales son especialmente sensibles a los cambios en el medio, pues
cualquier alteración en los niveles inferiores acaba repercutiendo en ellos.
Este rol, combinado con su gran movilidad y su alternancia entre tierra firme y
el mar abierto, ambientes radicalmente distintos donde se enfrentan a problemas
también diferentes, las convierte en el grupo
de aves más amenazado en la actualidad. Así, el 28% de las 346 especies de
aves marinas del planeta se encuentran amenazadas según la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza (UICN), y otro 10% de las especies
están catalogadas como “Casi Amenazadas” (NT).
Por
ello, SEO/BirdLife tiene entre sus prioridades la conservación de las aves
marinas y su hábitat, y mantiene diversas líneas de trabajo relacionadas con
dichos objetivos.
Pese
a la aparente homogeneidad de la superficie del mar, las aves marinas presentan una distribución heterogénea, seleccionando
preferentemente aquellas áreas más adecuadas para obtener alimento. Estas áreas
varían según las especies, y vienen definidas por factores tanto bióticos
(productividad, concentración de presas, etc.) como abióticos (topografía del
fondo, salinidad y temperatura en superficie, etc.). A diferencia de lo que
ocurre en tierra firme, algunos de estos factores están ligados a la masa de
agua y por tanto son dinámicos, de forma que complican la identificación de las
mejores áreas, pero aún así a lo largo de los años se observa cierta
estabilidad en los patrones de distribución.
Las
aves marinas se alimentan de gran diversidad de presas, entre ellas peces
(pequeños pelágicos, mesopelágicos y demersales), invertebrados,
plancton, y carroña.
La
selección de estas zonas de alimentación es uno de los objetivos del proyecto
de las IBAs.
Hoy se ha publicado en el BOE la declaración de las 39 ZEPA (Zonas de Especial
Protección para las Aves) marinas que el Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) puso en consulta pública el pasado mes
de octubre. Culmina así un largo recorrido, en el que SEO/BirdLife ha jugado un
papel clave.
En
efecto, los espacios designados se basan en el inventario de IBA (Áreas Importantes para las Aves y la Biodiversidad) marinas
publicado por SEO/BirdLife en 2009, fruto de un proyecto LIFE pionero iniciado
en 2004 con el apoyo del ministerio y que ha servido de referente para otros
países. En el marco de este proyecto se han llevado a cabo campañas oceanográficas y estudios de diversa índole con el fin de
determinar los hábitats y especies de interés. Asimismo se han celebrado
seminarios participativos con los sectores implicados para difundir sus valores
y poder conocer la opinión de todos los actores de las zonas. Una vez
finalizados todos estos trabajos, el Ministerio presenta la propuesta de
inclusión de nuevos espacios marinos en la Red Natura 2000.
La propuesta
refleja fielmente el inventario de IBA marinas de SEO/BirdLife, que incluye 44
espacios y suma cerca de 56.000 km2. Agrupan espacios
marinos y marítimo-terrestres en medios pelágicos y costeros.
Posteriormente,
durante el proyecto Life+ Indemares se ha trabajado en refinar la propuesta y
conocer con más detalle el uso que hacen las aves marinas de los espacios
propuestos, así como en hacer partícipes del proceso a los usuarios del mar.
Todo
este trabajo se ha llevado a cabo con el máximo rigor científico, contando con
el apoyo del Magrama, la Comisión Europea y BirdLife International, entre
muchos otros colaboradores. Por
todo ello, el procedimiento de identificación de ZEPA marinas pasa a ser un
modelo y referente para otros países europeos.
Cada
Estado miembro con fachada litoral debía designar a mediados del 2008 una red coherente y suficiente
de hábitats naturales y de especies de interés comunitario presentes en el
espacio marítimo. Para ayudar a formarla, la Comisión Europea publicó una guía
de aplicación de Natura 2000 en el mar especificando los
aspectos jurídicos y políticos (directiva marco del agua, política
marítima europea, convenciones regionales e internacionales ...); las
definiciones y la identificación (por país) de las especies y los hábitats de
importancia comunitaria; las elementos para localizar, evaluar y seleccionar
los sitios; las medidas de gestión a proponer y los vínculos con la política pesquera comunitaria.
El
siguiente paso será el desarrollo de planes de gestión de cada ZEPA, necesarios para garantizar
la conservación de los valores por los que se han designado las ZEPA. En este
sentido, la Orden Ministerial de hoy implica el compromiso del Magrama de
aprobar dichos planes en un plazo máximo de dos años.
Las
aves marinas se encuentran entre las más amenazadas del planeta, y esto es
aplicable a muchas de las especies que habitan las aguas españolas. Algunas de
las amenazas más graves se encuentran en el mar, como las capturas accidentales
en artes de pesca, la contaminación marina o la previsible proliferación de
infraestructuras. Las ZEPA marinas brindan la oportunidad de abordar estos
problemas de forma eficaz, concentrando los esfuerzos de conservación en las
zonas más sensibles, sin olvidar que la conservación de los mares no se acaba
en la designación de los espacios protegidos.
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