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Más de 100.000 personas ya habéis dicho NO a las prospecciones. Pero necesitamos mantener la presión para decirle bien claro al Gobierno: No a las prospecciones, no a un modelo basado en energías fósiles. ¡Comparte la noticia entre tus contactos! |
Repsol
ha anunciado que se retira de aguas de las islas Canarias. No extraerán petróleo, pero dejan
un daño en una zona de incalculable valor ecológico. Las
prospecciones siempre tienen efectos negativos sobre los lugares donde se
realizan, según reconocen las propias compañías petroleras. Por parte de etidades de defensa ambiental se van a pedir explicaciones
a Repsol y al Gobierno para que evalúen cuáles han sido los
daños causados durante las 9 semanas que han durado las prospecciones.
La
contaminación acústica de las operaciones de perforación y
barcos afecta muy negativamente a los cetáceos. La contaminación química,
producida por los lodos de perforación y los materiales extraídos del pozo que
son vertidos al mar por toneladas, también genera impactos importantes en fauna
y flora a kilómetros de distancia del punto de sondeo.
De nada sirvieron las advertencias de la comunidad científica mundial desaconsejando las prospecciones. Tampoco sirvió el clamor popular de todos los colectivos e instituciones canarias rechazando el proyecto. Finalmente el Gobierno llevó a Repsol a Canarias.
Pero
ahora la empresa sale
a hurtadillas del archipiélago esperando que su aventura no le
cueste más dinero o más deterioro de su imagen. La huida también esconde el fracaso de la aventura personal del
ministro de Industria, José Manuel Soria, que ha hecho todo lo
posible para sacar adelante este enloquecido proyecto petrolero. Y para ello no
ha dudado en destinar a un buque de la Armada para defender al barco de la
multinacional de potenciales actuaciones de activistas pacíficos de entidades como Greenpeace, o vulnerar leyes y
directivas europeas por lo que actualmente está siendo investigado por
Bruselas. Incluso un
juez del Tribunal Superior de Justicia de Canarias así lo
confirma en un auto particular, donde afirma que “la autorización de los sondeos
incurrió en desviación de poder y falta de independencia de los
órganos administrativos” y que “puede esperarse una devastación del fondo
marino muy superior a la considerada”.
Y
aunque la salida de Repsol de Canarias es una buena noticia, no podemos bajar la guardia.
Todavía existen en nuestro país varios permisos para buscar hidrocarburos en el
mar. La propia multinacional Repsol cuenta con el beneplácito del Gobierno para
perforar en Tarragona junto al delta del Ebro o en las costa de Bizkaia. Otras
empresas, como Shell, Cairn Energy o Seabird, viejas conocidas de Greenpeace
por su depredación del Ártico, esperan la autorización del Gobierno para buscar
petróleo en las aguas que rodean las islas Baleares, en el golfo de León o el
Cantábrico.
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