Las aguas subterráneas son
aquellas que se encuentran bajo la superficie de la tierra y que generalmente
se acumulan en acuíferos, que son formaciones geológicas donde se almacena y
circula el agua aprovechando la porosidad, la filtración y la figuración de la
roca. Cuando el volumen de agua que se almacena bajo tierra es considerable y
claramente diferenciado recibe el nombre de masa de agua subterránea.
El agua subterránea tiende a ser dulce y potable, pues la circulación subterránea tiende a depurar el agua de partículas y microorganismos contaminantes. Sin embargo, en ocasiones éstos llegan al acuífero por la actividad humana, como la construcción de fosas sépticas o la agricultura. Por otro lado la contaminación puede deberse a factores naturales, si los acuíferos son demasiado ricos en sales disueltas o por la erosión natural de ciertas formaciones rocosas.
La contaminación del agua subterránea puede permanecer por largos períodos de tiempo. Esto se debe a la baja tasa de renovación y largo tiempo de residencia, ya que al agua subterránea no pueden aplicarse le fácilmente procesos artificiales de depuración como los que se pueden aplicar a los depósitos superficiales, por su difícil acceso. En caso de zonas locales de contaminación se pueden realizar remediación de acuíferos mediante la técnica de bombeo y tratamiento, que consiste en extraer agua del acuífero, tratarla químicamente, e inyectarla de vuelta al acuífero.
Causas mas comunes
Entre las causas originadas por los seres humanos, debidas a la contaminación están la infiltración de nitratos y otros abonos químicos muy solubles usados en la agricultura. Estos suelen ser una causa grave de contaminación de los suministros en llanuras de elevada productividad agrícola y densa población. Otras fuentes de contaminantes son las descargas de fábricas, los productos agrícolas y los químicos utilizados por las personas en sus hogares y patios.
Los contaminantes también pueden provenir de tanques de almacenamiento de agua, pozos sépticos, lugares con desperdicios peligrosos y vertederos. Actualmente, los contaminantes del agua subterránea que más preocupan son los compuestos orgánicos industriales, como disolventes, pesticidas, pinturas, barnices, o los combustibles como la gasolina.
En cuanto a los abonos químicos minerales, los nitratos son los que generan mayor preocupación. Estos se originan de diferentes fuentes: la aplicación de fertilizantes, los pozos sépticos que no están funcionando bien, las lagunas de retención de desperdicios sólidos no impermeabilizadas por debajo y la infiltración de aguas residuales o tratadas.
El envenenamiento con nitrato es peligroso en los niños. En altos niveles pueden limitar la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, causando asfixia en bebés. En el tubo digestivo el nitrato se reduce produciendo nitritos, que son cancerígenos.
El Colegio de Geólogos ha propuesto hoy un
plan para proteger de la contaminación a las aguas subterráneas, de las que se
abastece el 70 % de las poblaciones españolas con menos de 20.000 habitantes.
Las
actividades más contaminantes proceden de la industria, la agricultura y la
ganadería.
A
juicio de los geólogos resulta “imprescindible” actualizar la evaluación de los
focos potenciales de contaminación y potenciar medidas de protección del agua
destinada al consumo humano mediante la delimitación e implementación de
perímetros de proyección y zonas de salvaguarda.
El 70% de poblaciones de menos de 20.000 habitantes en
España se abastecen de aguas subterráneas”, por tanto es esencial destinar “más
recursos económicos y humanos a la protección de las aguas subterráneas” como
establece la directiva marco del agua.
El plan forma parte de las
21 propuestas para una “Política Geológica Nacional” que el Colegio de Geólogos
ha enviado a los partidos ante las próximas elecciones generales del 20 de
diciembre, ha informado hoy su secretario general, Carlos Martínez Navarrete.
Los acuíferos más destacados. El
caso de Cataluña
En Cataluña, las aguas subterráneas desempeñan un
papel muy importante en el abastecimiento de agua potable y en el suministro a
la industria y la agricultura. Constituyen aproximadamente el 35% del total de
los recursos hídricos utilizados.
Actualmente no se aprovechan todos los recursos de
agua subterránea disponibles, que, según se calcula, superan los 900 h³/año.
Con todo, en Cataluna se dan, por un lado, situaciones de sobreexplotación de
las aguas subterráneas, en especial en las zonas costeras, y, por el otro,
situaciones claramente excedentarias. Ello se debe a la falta de concordancia
entre la distribución territorial de los recursos hídricos subterráneos y las
zonas de mayor demanda, tanto urbanas como industriales.
Cataluña cuenta con acuíferos de distinta naturaleza:
porosos o granulares (materiales no consolidadados), fisurados y cársticos
(materiales consolidados) y mixtos, es decir con permeabilidad por porosidad y
fisuración.
Utilización de los recursos de aguas subterráneas
En
la actualidad, la utilización de los recursos hídricos subterráneos es más
importante en las cuencas internas de Cataluna que en la vertiente catalana del
Ebro. Ello se debe al hecho de que en la parte oriental de Cataluña se
concentran las poblaciones más importantes, con más habitantes y con un mayor
desarrollo de las actividades económicas de tipo industrial y turístico.
El
aprovechamiento es particularmente importante en la fachada litoral, donde
existen acuíferos con una elevada disponibilidad de recursos (Llobregat,
Tordera, Baix Ter, …). Dichos acuíferos desempeñan un papel importantísimo y
estratégico en el abastecimiento de Barcelona y de su área de influencia, el
Maresme y la Costa Brava. En la vertiente catalana del Ebro no tiene lugar una
utilización de las aguas subterráneas tan generalizada como en las Cuencas
Internas, si bien los estudios de planificación indican una disponibilidad de
recursos superior a la existente en dichas cuencas. Estos recursos hídricos
subterráneos de la vertiente catalana del Ebro se extienden de norte a sur, en
toda la parte occidental del territorio catalán, prolongándose desde los
Pirineos hasta el delta del Ebro.
En
la mayoría de las situaciones, las aguas subterráneas permiten el
abastecimiento de agua potable con aguas una calidad que puede calificarse de
óptima y, en ocasiones, incluso de excelente. El tipo de utilización que
predomina (abastecimiento urbano, industrial y agrícola) es distinto según las
comarcas. No obstante, los datos de explotación para el abastecimiento de agua
potable indican unos valores orientativos considerables, del orden de 200 h³,
que equivalen a un 30-35 % del total del agua de las redes de
aprovisionamiento. Se trata de un valor muy alto, si se tiene en cuenta que
hablamos únicamente del aprovechamiento de agua potable.
Las aguas subterráneas y sus ecosistemas
Además
de los ecosistemas que componen por sí mismas en el medio hipogeo, las aguas
subterráneas poseen un papel fundamental en los ecosistemas ribereños y
constituyen un origen y apoyo de algunas de las zonas húmedas más relevantes:
ciénagas del Empordà, delta del Llobregat, estanque de Sils …
En
este marco cabe destacar el papel del acuífero de la Garrotxa-Banyoles, que
determina espacios límnicos de primer orden en Europa. Este sistema se extiende
en un ámbito regional de unos 200k² y contiene unas reservas orientativas de
50h³.
La Directiva Marco del Agua (Directiva 2000/60/CE,
DMA) establece un nuevo marco de protección de las aguas con el objetivo de
alcanzar el buen estado químico y cuantitativo de las masas de agua subterránea
y, especialmente, con la idea de protegerlas, mejorarlas y regenerarlas,
garantizando la reducción progresiva de la contaminación y evitando la nueva.
Los objetivos medioambientales para las aguas subterráneas fijados por la DMA
son los siguientes:
- Evitar o limitar la entrada de contaminantes y evitar el deterioro del estado de todas las masas de agua.
- Proteger, mejorar y regenerar las masas de agua subterráneas y garantizar el equilibrio entre la extracción y la recarga hasta alcanzar el buen estado de las aguas subterráneas.
- Invertir las tendencias significativas y sostenidas en el aumento de la concentración de cualquier contaminante derivado de la actividad humana con la finalidad de reducir progresivamente la contaminación de las aguas subterráneas.
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