La vida y su conservación

Las especies son esenciales en el funcionamiento de la vida en nuestra casa que es nuestro planeta; por eso, es importante conservarlas.
Con este objetivo, tenemos que saber cómo son, cómo se organizan en comunidades y cómo interactúan en los sistemas ecológicos.
En el último siglo XX, hemos visto degradaciones ambientales enormes: muchas especies en extinción o en drástica reducción de sus poblaciones, la destrucción o alteración rápida de sus ecosistemas y cambios nunca vistos en el clima del planeta. Esta gran crisis ambiental ha coincido con la disminución de las ciencias naturales en los centros académicos de referencia.

domingo, 22 de febrero de 2015

¿Interesa tener castores europeos, especie autóctona y altamente beneficiosa para los ecosistemas, en el Ebro?



Los castores europeos (Castor fiber) son los roedores más grandes de eurasia y están muy ligados a las riberas de ríos y otras zonas de agua donde construyen sus características presas o diques. En el interior de estas formaciones suelen construir su madriguera aunque a veces también la sitúan en uno de los márgenes del curso acuático. Gracias a sus poderosos incisivos son capaces de derribar árboles con los que construyen estos diques y que a su vez les proporcionan alimento.




El castor europeo (Castor fiber) habita en las regiones frías de Eurasia, principalmente en Rusia. Es un poco más pequeño que su pariente americano. Desde la antigüedad fueron cazados, comprometiendo su supervivencia. En algunos países donde antes vivían, como España y el Reino Unido, fueron erradicados debido a esta cacería desmedida, y aunque en la era moderna la especie se encuentra ligeramente amenazada, cada vez son más los esfuerzos realizados para restablecer sus poblaciones en todo el continente, por lo que la población de esta especie va en aumento.

 
Se calcula que su número ronda los 600.000 individuos. Para colaborar en este proyecto de repoblación, algunos organismos, como la Unión Europea (UE), y acuerdos internacionales, como el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas (CITES), administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se encargan de proteger a este roedor.

Los castores son capaces de aparearse en casi cualquier etapa de su vida, y son monógamos —aunque si su pareja muere, pueden conseguir otra—. Su monogamia se debe principalmente a que, para el correcto cuidado de las crías, es necesario que ambos padres colaboren, ya que uno solo no sería capaz de cuidarlas. Por lo tanto, deben permanecer unidos todo el tiempo para que la reproducción tenga éxito.

 
Como se ha dicho, estos animales son conocidos por su habilidad natural para construir diques en ríos y arroyos, y sus hogares —llamados castoreras— en los estanques que se crean a causa del bloqueo del dique en la corriente de agua. Para la edificación de estas estructuras, utilizan principalmente los troncos de los árboles que derriban con sus poderosos incisivos. A pesar de la gran cantidad de árboles que talan, los castores no suelen perjudicar el ecosistema en el que viven; por el contrario, lo mantienen saludable, pues sus diques proveen una gran cantidad de beneficios. Entre otras cosas, estas barreras propician la creación de humedales, ayudan a controlar inundaciones y eliminan contaminantes de la corriente. 

 


Desde hace cientos de años, los castores forman parte de la cultura popular y en algunos casos han tenido una gran influencia en el desarrollo de las sociedades humanas, pues la búsqueda de sus pieles fue uno de los factores que impulsaron la exploración y el posterior desarrollo económico de Norteamérica. Esto fue debido al valor comercial de sus pieles y de otros productos obtenidos de ellos, como el castóreo  muy cotizada en artículos de perfumería, además del deterioro de los hábitats acuáticos, muy posiblemente el castor hubiera mantenido poblaciones viables hasta la actualidad.

El castor en España

El Valle del Ebro o Cuenca ibérica, región donde fueron liberados los castores.

Estos animales han vivido en la península ibérica hasta hace no mucho tiempo. Hay restos de castores en yacimientos arqueológicos (incluso en Atapuerca) y los últimos registros de la especie como residente datan del siglo XVII lo que demuestra que no es una especie ajena a nuestros ríos y si no fuera por la importante persecución que sufrieron por su piel y por una secreción glandular llamada castóreo.

 

El historiador romano Apiano nos habla de su abundancia en el río Betis (Guadalquivir); existió en todos los ríos “importantes” del norte de Iberia, e incluso existen restos óseos en Atapuerca y yacimientos arqueológicos del siglo VI. El naturalista suizo Konrad von Gesner cita la especie en España incluso en el año 1583, dato difícil de refutar, ante lo inconfundible de la especie. Por lo tanto, el castor europeo es una especie propia de nuestra fauna, la caza y presión humana llevó a esta especie a la extinción local en la península Ibérica en el Siglo XVIII y a casi su extinción total en Europa. Varios expertos coinciden en que la extinción en España debió producirse en la década de 1850 en la cuenca del Duero. 

A partir de 2005 se comenzaron a hallar una serie de indicios que sugerían la presencia de una población de castores en el norte de España, más específicamente en Navarra y en La Rioja; tales pruebas incluían árboles talados, huellas, restos de forrajeo, excrementos y marcas de castóreo, entre otras. El castor ya había habitado anteriormente en España, pero desapareció de la zona desde por lo menos el siglo XVII debido al surgimiento de las armas de fuego, con las que se le cazaba para obtener su carne y su grasa. Un tiempo después de que se comenzaran a hallar aquellos indicios, se descubriría que un grupo ecologista había liberado en la primavera de 2003 a 18 castores europeos provenientes de Baviera en los ríos Ebro, Aragón y Cidacos. Se ha alegado que los castores aparecidos en el Ebro eran procedentes de Rusia y que éstos podrían haber sido híbridos de castor europeo y americano. Sin embargo, las dos especies son incompatibles para la reproducción y nunca se han descrito híbridos.


La reintroducción de los roedores desató un intenso debate acerca de las ventajas y desventajas del regreso de estos animales a la península Ibérica. Por un lado, se argumentaba que la reintroducción no se había realizado naturalmente, y según el Ministerio de Medio Ambiente de España, ésta se había llevado a cabo de forma clandestina e ilegal. También se alegaba que la llegada de los castores podría perjudicar a algunas especies protegidas en la zona, como el visón europeo y la nutria

En contraparte, los defensores de los castores, entre los que se encontraba un grupo ecologista belga llamado Pays des castors (País de los castores), aseguraban que estos animales traerían beneficios para la zona y la biodiversidad de la misma, incluyendo al visón europeo. En realidad ambas especies habitan juntas en algunas partes del norte de Europa, no obstante, su forma de interactuar posiblemente sería diferente en la Península Ibérica, pues los ecosistemas de tipo mediterráneo presentes en España son muy diferentes a los de tipo taiga que hay en el norte del continente y que son mucho más boscosos. El argumento de que la presencia de los castores podría ser benéfica para la biodiversidad se vio debilitado más adelante, pues estos roedores habían dañado principalmente los bosques de sauces y chopos, los cuales eran precisamente el hábitat del visón europeo. 

Estos bosques se encuentran hoy alteradísimos por el hombre por lo que la interacción del castor sería inapreciable, en comparación con los millones de euros que se destinan en toda la cuenca del Ebro a canalizaciones, encauzamientos y repoblaciones de chopos híbridos o clones. 

Como las administraciones navarras y riojanas consideraron que la especie llegó de forma clandestina al país, los gobiernos de estas entidades presentaron el caso en junio de 2007 ante el Comité de Flora y Fauna de España, mismo que consultó a la Comisión Europea, ya que el castor es una especie protegida por la Unión Europea. Finalmente, la Comisión consideró que la especie se encontraba fuera de su distribución natural, por lo que no se opuso a su erradicación en las zonas mencionadas.

Desde 1950 el castor ha sido reintroducido y traslocado en toda Franciadesde la cuenca del Bajo Ródano, en diversos cauces de la cuenca atlántica. Igualmente se han realizado esfuerzos de traslocación en Bélgica, Suecia, Finlandia y Alemania. Muy recientemente se ha restablecido en Escocia, donde es un recurso turístico de primer orden. Únicamente está ausente de Portugal e Italia y en todos los países europeos se están realizando esfuerzos por su conservación y restablecimiento, excepto en España, donde se intenta erradicar.

Tal como indica la obra Wildlife comeback in Europe: The recovery of selected mammal and bird species, actualmente los expertos coinciden en que esta especie supone una gran oportunidad para promover los efectos ecológicos positivos del castor como ingeniería ecológica, incluyendo el aumento de la biodiversidad como resultado de cambios inducidos por el castor en hábitat, y este ha sido el foco de más reciente investigación. A través de la creación de estanques, el castor aumenta la cantidad de nutrientes disponibles, que conduce a las algas y el crecimiento de las plantas. Como resultado, se incrementa la riqueza de especies de invertebrados y la biomasa son más altos en las corrientes fluviales con castor por sus influencias directas y los claros que crea la especie.

En Baviera, se registraron 38 especies de libélula en los sitios de castor, con 11 beneficiarios directos de la presencia de la especie del castor. 

Sin embargo, los vertebrados especies también se benefician: se incrementa al doble las especies de peces en hábitat del castor de influencia, con densidades de hasta 80 veces mayores que en los sitios sin castor. 
Un mayor número de especies de anfibios aparecieron en los sitios de castor en la región de Eifel y Baviera, donde la mitad de los 12 especies se benefició directamente de actividad de los castores. 

En un estudio de Rusia sobre anfibios, la productividad fue mayor en comparación con sitios con castor a sitios sin castor. Además de este aumento en la diversidad de peces y el efecto beneficioso de la presa sobre los anfibios, los hábitats del castor aporta una mayor variedad de aves, con más de 50 especies raras registradas en Baviera, o un incremento, por ejemplo, de la cigüeña negra (Ciconia nigra) en Europa Central.

Hay también evidencias de que otros mamíferos como la nutria, que puede utilizar los troncos cortados por el castor como áreas de reposo, además de aprovechar este aumento de la disponibilidad de alimentos.
Más recientemente, estudios han demostrado un efecto positivo del claros creados por el castor para los murciélagos insectívoros, proporcionando nuevos sitios de caza y alimentación para especies como Pipistrellus spp

En términos más generales, el castor puede apoyar la necesaria restauración de los cursos de agua llevadas a cabo en respuesta al cambio climático y mitigar sus efectos, como el aumento de las inundaciones con un coste extremadamente bajo.

Después de una larga ausencia de una gran parte de su área de distribución, el castor euroasiático, ahora poco a poco, reclama su papel como ingeniero ecológico y especie clave en las aguas dulces de Europa y sus ecosistemas. Sin duda, la especie se incrementarán más en número y distribución en las próxima décadas en toda Europa Occidental, sobre todo en cuencas donde no exista un confinamiento de tramos fluviales debido a fuertes barreras artificiales que impidan dispersarse a la especia. Este taxón debe gestionarse a escala de cuenca.

Los beneficios asociados a la restauración fluvial y el potencial para el turismo, son obviamente mayores que el costo de los daños relacionados con el castor. Existe un estudio de la Universidad de Oxford donde se destaca el beneficio económico de restablecer la especie. Debe, permitirse la coexistencia pacífica y el mutuo beneficio del castor y el hombre en la Península Ibérica. Véase DEINET, S., et al. (2013). 

¿Por qué España es el único país que quiere erradicar al castor europeo, especie autoctona y extinguida antes de ser reintroducida en la cuenca del Ebro - Aragón, Navarra y La Rioja - quieren exterminar a una especie que hasta hace muy poco vivía en nuestros ríos y que aporta diversidad a nuestros ecosistemas?

Pues bien, desde el año 2000 se tiene constancia de la presencia nuevamente de castores en la cuenca del río Ebro gracias a una suelta ilegal (acto reprovable y condenable) de unos ejemplares que provinieron de un centro de cría en cautividad alemán. A partir de ese momento la población de estos roedores ha ido en aumento.

La respuesta de los gobiernos de Navarra y Aragón, lejos de celebrar un aumento en la biodiversidad de sus comunidades, ha sido promover campañas de erradicación con el resultado de unos 100 ejemplares eutanasiados hasta la fecha.


 

2 comentarios:

  1. Los políticos, como siempre, defendiendo interesses de particulares, si son poderosos, claro, frente al bien común o a la opinión de los científicos.

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  2. Hoy en día afortunadamente para los diferentes ecosistemas fluviales, los Castores Españoles ya sé encuentran protegidos y comienzan a expandirse.

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