La vida y su conservación

Las especies son esenciales en el funcionamiento de la vida en nuestra casa que es nuestro planeta; por eso, es importante conservarlas.
Con este objetivo, tenemos que saber cómo son, cómo se organizan en comunidades y cómo interactúan en los sistemas ecológicos.
En el último siglo XX, hemos visto degradaciones ambientales enormes: muchas especies en extinción o en drástica reducción de sus poblaciones, la destrucción o alteración rápida de sus ecosistemas y cambios nunca vistos en el clima del planeta. Esta gran crisis ambiental ha coincido con la disminución de las ciencias naturales en los centros académicos de referencia.

lunes, 27 de octubre de 2014

La desertización, el hambre o la pobreza son también problemas ambientales


“Acción contra la Desertificación” es un programa creado por la Unión Europea y la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), mediante la cooperación de los Estados de África, del Caribe y del Pacífico (ACP), para luchar contra el hambre y la pobreza por causa de la desertificación.
José Graziano da Silva, Director General de la FAO explica que “la desertificación y la degradación de la tierra son problemas muy graves. Conducen al hambre y la pobreza, a sí mismos en la raíz de muchos conflictos o guerras ambientales”, y continúa aclarando “pero los éxitos recientes muestran que estos problemas no son insuperables. Podemos aumentar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida y ayudar a las personas a adaptarse al cambio climático.”

Y es que la realidad es terrible, un 40% de la superficie de la tierra es zona árida, y precisamente está situada en los países más pobres del mundo. Así que se juntan muchos factores, además del cambio climático, la alta demografía hace que se esté degradando más el terreno.

Se sabe que más de un 70% de la población que habita en estas zonas secas de África, del Caribe o del Pacífico necesitan la tierra para poder subsistir, ya que basan la mayor parte de su economía en explotar los recursos naturales.


Por eso, se van a destinar 41 millones de euros para mitigar esta desgracia. Fomentando acciones para promover una gestión sostenible de la tierra y restaurar la que ya está degradadas durante cuatro años y medio, aunque es una cifra que debería ser bastante superior, para que realmente se pudiese solucionar el problema.
Andris Piebalgs, Comisario de Desarrollo de la UE, comenta: “la gestión sostenible de la tierra es crucial para hacer frente a los desafíos triples que enfrentamos por el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la inseguridad alimentaria. Este nuevo programa ayudará a las comunidades más afectadas por estos problemas para gestionar mejor sus recursos, además de crear empleo y generar ingresos e invertir en ellos para las generaciones futuras “.

En África

Se quiere salvaguardar la tierra del cambio climático y la desertización, con lo que se cono ce como La Gran Muralla Verde, para la zona del Sáhara y el Sahel. 

Una iniciativa que comenzó su andadura en el año 2007.
Así se seguirá actuando especialmente, en países como Burkina Faso, Etiopía, Gambia, Níger, Nigeria y Senegal para restaurar sus bosques secos y pastizales, además de continuar con una labor para la sostenibilidad de las comunidades locales.

Se fomentará el empleo y la generación de ganancias en las zonas rurales para los jóvenes y las mujeres, contribuyendo a la transformación y comercialización de sus propios productos agrícolas provenientes de una producción sostenible. Estimulando la agrosilvicultura con escuelas de campo para agricultores, y permitiendo la distribución de conocimientos para combatir y prevenir la desertificación.
El hambre y la pobreza, el cambio climático, la deforestación, la degradación del suelo, la desertificación y la pérdida de biodiversidad están relacionados entre sí

En el Caribe y el Pacífico

Aquí nos encontramos con otro problema igual de devastador: las sequías y las inundaciones que asolan las tierras, y que han ocasionado una degradación de los hábitats naturales, con la consiguiente pérdida de la biodiversidad. Ya no existen barreras para frenar todos los agentes climáticos que provocan la destrucción.

Las islas de Haití y Fiyi son las principales destinatarias del programa, siguiendo el ejemplo de La Gran Muralla Verde. Una cooperación denominada Sur-Sur. Mejorando las capacidades de asociaciones no gubernamentales y del propio gobierno.